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miércoles, 19 de mayo de 2010

Niños y escuela

Los Barrios de Nistoso ha tenido en los niños mano de obra adicional para sacar fruto al campo. Por eso hasta los años sesenta se registraba un notable absentismo escolar, especialmente en épocas de alta actividad agraria.

El niño, como en otras partes del mundo, ha sido objeto de muy distinto trato a lo largo del siglo XX en Los Barrios de Nistoso.

En los años cuarenta y primeros cincuenta pervivía una situación de pobreza extrema. Consecuencia de ella era que los niños comenzaban a aportar su trabajo a la economía doméstica desde el mismo momento en que eran capaces de hacer algo: quitar hierbas del sembrado, cuidar de los corderos que salían a pacer por primera vez en primavera, aquedar las vacas en la linde del prado contiguo ...

Ello implicaba que, antes de que el niño fuera admitido en la escuela (seis años, normalmente) ya aportaba su trabajo a la familia. Cuando estaban escolarizados era frecuente que cualquier necesidad laboral (tocaba la vecera de las vacas, de las cabras o de las ovejas, viajaba alguno de los padres y había que cuidar de un hermano pequeño) era disculpa suficiente para que el niño perdiera la escuela ese día. En la escuela adquirían un dominio de las matemáticas, la geografía y del lenguaje.

Otra fuente de instrucción de más alto nivel eran las levas que los frailes hacían cada año en las escuelas: Acudía un fraile a la escuela, preguntaba al maestro cuáles de sus alumnos despuntaban por su capacidad para los estudios, les hacía el fraile un pequeño examen y se ponía en contacto con los padres invitándoles a enviarlo al convento donde ampliarían sus conocimientos. Luego unos fueron frailes o curas y otros, tras unos años de estudio, en el convento, salieron preparados para el trabajo o para estudios superiores.

En los años sesenta pocos padres dejaban de enviar a sus hijos a la escuela, por mucha necesidad que tuvieran de ayuda en las faenas agrícolas o ganaderas, con lo que la instrucción de esas generaciones resultó muy superior a las anteriores.



Adaptación de la crónica Niños y escuela de Germán Suárez

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