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sábado, 15 de septiembre de 2012

Edificios y cofradías religiosas

Parece acertado afirmar que, en 1728 Los Barrios de Nistoso era una de las poblaciones mayores de la Cepeda, lo que suponía una determinada categoría e importancia que se refleja en el haber de varios edificios religiosos y cofradías religiosas existentes en la parroquia.

La iglesia parroquial (aunque en algunos documentos aparece alguna determinada confusión) fue siempre la dedicada a Santa Marina y que da nombre a la parroquia. Está ubicada a las afueras de los núcleos urbanos, intermedia a Villar y Nistoso. Además de la parroquial había otra iglesia, filial, en el centro del barrio de Villar, dedicada a San Juan Evangelista, y otra, coadjutorial, en las afueras del barrio de Tabladas, dedicada a Santa María Magdalena. A estas tres iglesias tenemos que añadir la Ermita dedicada a San Vicente, en el monte cercano a Tabladas; la Ermita de la Santa Cruz, en el centro del barrio de Tabladas; la Ermita dedicada a San Jorge en el centro del barrio de Nistoso, y una (posible) dedicada a San Roque, de la que apenas queda memoria. En la actualidad ha desaparecido, por razones de abandono y derrumbe, la iglesia de Tabladas (todo su patrimonio artístico y de culto se recogió en la Ermita de Santa Cruz que, debidamente ampliada, pasó a hacer las veces de Iglesia del barrio). Por idénticas razones han desaparecido, también (a principios del s. XX), las Ermitas de San Vicente y la de San Jorge.

El culto giraba alrededor de: las cofradías de la Santa Cruz y de San Vicente, en el barrio de Tabladas; de la cofradía de las Ánimas y del Rosario, adscritas a la Iglesia de Santa Marina; y de la cofradía del Santísimo, adscrita a la Iglesia de Villar. Destacaban en culto e importancia las cofradías de las Ánimas y la de N. Sra. del Rosario. Todas ellas han desaparecido por razones económicas al desaparecer sus bienes con la desamortización y por un determinado abandono de las prácticas religiosas,  a partir del primer cuarto del siglo XX. A mediados de este siglo seguían celebrándose las fiestas de Las Candelas y del Corpus Christi, en el barrio de Villar; las fiestas de San Blas y San Jorge en el barrio de Nistoso; las fiestas de Santa Apolonia y Santa María Magdalena, en el barrio de Tabladas.


Fragmento del libro "BEATO SEGUNDO DE SANTA TERESA 
Segundo García Cabezas"
de Don Francisco Blanco Serrano

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