La trashumancia y su hermana menor, la trasterminancia, parecen ir asociadas siempre a la alta montaña y a Extremadura, en el primer caso, y a las riberas centrales de León, en el segundo; y por eso sorprende que a día de hoy, en la silenciosa Cepeda, alguien siga practicando como antaño el periódico y secular intercambio entre los altos pastos y las vegas.
Con sus doce perros y sus 800 ovejas (uveyas, como aún se siente decir en la zona) Luis Cordero Antón, conocido como El Ruso, cubre todos los años los 40 kilómetros que separan Los Barrios de Nistoso de San Román de la Vega haciendo noche en Sueros. Retomó esta actividad hace once años y como cada año a mediados del mes de mayo sube el rebaño a la Cepeda Alta y en septiembre regresa de nuevo a casa.
Los tiempos cambian y el oficio del pastoreo no ha sido mucho menos. Según comenta Luis, su suegra había sacado adelante a una familia de siete hijos con cincuenta ovejas y cuatro vacas, mientras que hoy son necesarias, en su caso, 800 ovejas para sacar adelante a dos hijos.
Sin duda alguna, todavía hoy para muchas personas llevar los ganados al campo y cuidar de ellos mientras pacen sigue siendo una forma de vida, un oficio que en la Cepeda Alta aún se sigue practicando.
Adaptación del artículo Trashumantes cepedanos publicado en el Diario de León
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