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lunes, 1 de agosto de 2011

El pozo del Cueto San Bartolo

En la cumbre del simbólico monte de San Bartolo, existe un manantial que desde que el mundo es mundo y gira alocado sin cesar, viene derramando sin interrupción sus aguas bienhechoras.

La fontana ha permanecido prácticamente semioculta durante siglos por la sabia y favorecedora naturaleza. Son escasísimas las gentes que conocen en la actualidad su emplazamiento, de modo que las crónicas sobre su posible existencia habían entrado hace tiempo a formar parte del cautivador ámbito de la leyenda.

Al parecer ya los monjes-guerreros de la orden de los Hospitalarios de San Juan de Jerusalén, que asentaron sus reales en tan estratégico lugar hace casi un milenio (1191), se surtían en esta fuente, ya que era su único y vital recurso acuífero, además de un conocido pozo en el pedregoso recinto conventual, próximo al derruido molino.

Para llegar hasta donde ella, una vez en la cresta del Cueto, debe situarse el expedicionario al lado de la torre metálica de telecomunicaciones, cercana al punto geodésico o mojón del Servicio Geográfico Nacional que en plena cima indica la altitud sobre la que se asienta. Se ha de bajar por el camino que parte en dirección sur y tras unos minutos de marcha y ya rebasados los cúmulos de guijarros del desaparecido monasterio de los frailes Hospitalarios, se llega a la encrucijada de la senda con el cortafuegos. Es indispensable girar a la derecha y descender por la pista 120 pasos, aproximadamente. Ya estático, el explorador tiene que virar de nuevo a la diestra e introducirse con arrojo entre el espeso ramaje y medir 75 pasos irregulares, dado lo escarpado del terreno y la frondosidad de la rica flora autóctona. Ese es el momento preciso en el que el rastreador tendrá ante sí la recóndita, mítica e enigmática fuente del Cueto de San Bartolo.

Se trata de un pozo perfectamente circunscrito y en un magnífico estado de conservación a pesar de la inapelable tara de los siglos. Destaca a primera vista su boca de piedra pizarrosa azabache de un par de metros de diámetro y un calado de no más de tres.

Este foso inédito, de bella factura arquitectónica y eruditamente empedrado, se encuentra justo en el corazón de la depresión u oquedad de la fuente y sólo es visible en las escasas épocas en las que falta el agua y en consecuencia el manantial permanece excepcionalmente seco; no así el pozo que conserva agua que mana áspera e invulnerable.


Adaptación del artículo El pozo del cueto San Bartolo de Ricardo Magaz

1 comentario:

  1. Por desgracia el pozo ha sido totalmente destruido,un bulldozer lo arrasó durante el incendio de hace unos años,ahora esta entubado con hormigon

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